Malala Yousafzai
La historia de la chica que quería estudiar y desafió a los talibanes.
Malala Yousafzai, que obtuvo hoy el premio Nobel de la Paz, es
una joven paquistaní conocida por su defensa del derecho a la educación
femenina en su país y que el 9 de octubre de 2012 fue víctima de un atentado
llevado a cabo por un grupo vinculado a los talibanes.
El 9 de octubre de 2012 fue víctima de un atentado en Mingora
cuando dos miembros del TTP subieron al autobús escolar en el que se encontraba
Malala y la dispararon con un fusil, alcanzándola en el cráneo y en el cuello.
El entonces portavoz del grupo terrorista, Ehsanullah Ehsan, afirmó que
volverían a intentar matarla y reivindicó el atentado en un comunicado en el
que reiteraban que la "sharía", que está en contra del modelo educativo
secular, les obligaba a ello.
La joven fue internada en un hospital de Rawalpindi, cerca de
Islamabad, la capital del país, donde le extrajeron una bala que tenía alojada
en el cuello, cerca de la médula espinal.
Tres meses y medio después, el 8 de febrero de 2013, fue dada
de alta aunque prosiguió con la rehabilitación y tuvieron que implantarle en el
cráneo una placa de titanio y también un dispositivo auditivo en el oído
izquierdo.
El 8 de octubre de 2013 fue publicada su autobiografía con el
título: "Yo soy Malala", escrita por la periodista británica
Christina Lamb, en la que describe su vida antes y después del ataque sufrido.
El 15 de enero de 2014 recibió el Premio Convivencia Manuel
Broseta junto a la científica Pilar Mateo. Este último premio lo recogió en
marzo en la ciudad española de Valencia donde reivindicó hoy "el poder de
la palabra" para luchar contra el terrorismo y defendió el derecho a la
educación para aprender no sólo conocimientos de materias sino
"igualdad" y "a respetar la cultura y la religión de
otros".
Este caso me dejó claro un aspecto muy importante de mi vida: La educación es el pilar y la base de todo rubro que involucre a las personas. Es la estructura fundamental en la formación de hombres y mujeres de bien. A través de esta perspectiva, se puede ver este caso como un miedo por parte de las personas del grupo terrorista, ya que una población educada tiene el poder de cambiar las estructuras de un gobierno entero. El factor educación brinda a las personas un sentido de reflexión y consciencia, enfocada a ver las situaciones en más de un modo y punto de vista.
ResponderBorrarMi comentario será breve y sólo diré esto:
ResponderBorrarPara absolutamente todos nos debe quedar claro que para que una guerra termine, debemos de usar lo que dijo Malala: un lápiz, un libro, un alumno y un maestro. La educación de un niño tiene más poder que cualquier arma y puede cambiar lo que una bala no puede.
Me parece un caso muy interesante, ya que además de que dio vuelta a todo el mundo, es un milagro que siga viva.
ResponderBorrarAl hacer la investigación sobre el caso, pudimos darnos cuenta que el país de Pakistán vive serios problemas derivados de la invasión de los talibanes.
El grado de analfabetismo en ese país es muy alto, sin embargo el gobierno no tiene nada en contra de que las mujeres estudien ahí.
Me parece muy bueno que Malala haya sobrevivido y que esté haciendo el movimiento alrededor del mundo que está haciendo, para que de esta manera el mundo se dé cuenta de la situación que viven muchas mujeres en el medio oriente.
Malala es un claro ejemplo de una persona con convicción y coherencia en la vida, muchas personas hablan de ética sin embargo ella la vive a diario y lucha en un entorno de total violencia porque más gente tenga derechos, lo cual la hace totalmente admirable, totalmente de acuerdo en el premio y los reconocimientos que ha recibido.
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